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Hábito de pensar
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 Article publié le 26 janvier 2010.

oOo

“He estado luchando, luchando contra la tiranía,
incluyendo la del número.
Este esfuerzo mío
ha sido interpretado como odio,
como arrogancia y orgullo monstruoso ;
yo creo y sigo creyendo que esto es
cristianismo y amor al prójimo’. - Kierkergaard 

“Quien me ama esta destinado a morir’ - Giovanni Papini.

“No hay opción para la salvación. De por medio está siempre la vida y la muerte. 
Algo une y separa.’ - C. V.

 

-Tenía el maldito hábito de pensar-. Lo dijo, con un tono provocativo, con hálito a pasión amotinada. La turbulencia del deseo tenebrosamente lo fascina. Lo embriaga de aflicción.

La ve, espera contestación. Se le nota en la comisura de sus labios un dejo de tristeza contenida. La fragilidad de la maravilla tortura con su debilidad.

No recibe respuesta, ni siquiera el eco de un gesto aparece al alcance. Está solo en la inquisición del placer. Avanza. La desolación del reflejo desgarrado por el prójimo.

Aquella lo ignora con beneplácito. La voz de la soledad no zanja, no tranza, no zozobra, no trajina, -Ni siquiera conmigo-

No es sierva del cuerpo. –Es su deseo- ¿Quién habla en mí ? Soy epígrafe y epílogo. Sabotaje de la gloria. Descoloco al remordimiento.-

Como cachetada le llega el silencio endemoniado que lo saca del apuro antes que se note algo. Retiene el aliento. Escupe. No puede desalojar lo vivido. Lo tiene como silicio hincando la pugna carnal. Su elegía sin retorno. Su Apocalipsis : la codiciada eternidad. Adviento pagano y divino, sin resurrección la incandescencia. Sin rostro el convivir sin evidencia.

Él, un despojo de ser en la tertulia de la memoria se delata.

Ella está sentada al borde del alma. Se pregunta ensimismada como si fuese el silencio mismo. -¿La soledad es un amor insobornable ?-

A la intemperie, la materia desganada de lo amorfo : no es. Duda. Es comienzo, posiblemente el paso. La seña de la nada se cuartea en la belleza que tropieza con los reflejos. ¿La alegoría se pierde en el cuerpo de los amantes ?

¿Existieron alguna vez ?

Preso en lo individual libera a la materia del recuerdo expósito. ¿Quién deja que los sentidos ofusquen ? Atente a las consecuencias. La percepción se desbanda. Trata lo expuesto con un mínimo de crédito. El credo de cada quién una creciente de cavilación. No existe autoridad irrefutable. –Te refuto-

Pugna con las imágenes. Se divorcia del tiempo. La retentiva escapa. Torea el inconciente. Martirio y tiranía el poder ingobernable. Se subleva a toda voluntad. Se desprecia y se aprecia. Lo codiciable : divino y pagano. 

Él, la contempla, la chupa con la mirada, no deja que la ebriedad del infierno queme el encanto. Flexiona la idea. No se doblega. Inflexión tirante. Reflexiona. El axioma se parte. ¿Partir a dónde ?

El cielo no es un espacio para la vida. Ni siquiera la muerte. 

¿Existe un puente que acorte los desatinos ? No. Para qué elucubrar en temporadas que se escabulleron en desechos de insomnios. 

Ni siquiera la confesión tiene espacio en el éxodo de esas vidas, que así como se juntaron, se deshicieron en el tumulto de una masa concebida. Sin milagro concedido. Se despojaron de la codicia de profanar el misterio de salvación. No hay tal. Creía tener algo con que contar. ¿Qué contar ?

Jamás soñó con habitar el paraíso, era demasiado doloroso el génesis. ¿Quién no ha sufrido con la verdad ? ¿El horror de limitarla, reconocerla desenmascararla ? ¿Quién tiene autoridad moral ? ¿Quién debe a la obligación ?

En el amor o en el deseo la convivencia no es un asunto individual ¿cómo era eso de que por sus actos se los reconocerá ? ¿Algo no cesa de desautorizar ? ¿Qué debe imponerse en la cortada de la tentación ? –Te sigo la pista-

¿Un hombre y una mujer pueden atravesar la barrera del silencio ? El tabú es más que un crimen. Es la palabra de dos en el desencuentro. ¿Cuándo se está listo para tener el don de mando en el deseo ? Llamar la atención francamente. Condicionado el goce : no toda realidad te está permitida. 

La telaraña de la mente atrapa al súbdito del cuerpo. La araña del poder se come la gracia. Agujereada la razón y el absoluto. El universo sigue incólume.

El genio cae en desgracia al quedarse sin que reflexionar cuando le imponen pensar. Muere el libre albedrío de auscultar sin compromiso los hilos de la mutación.

 

Se borra la ilusión en la mirada. La alegoría trata de retratarme. Me mantiene donde quiera. Desvelo sin revelación.

Serlo. Tumulto. Amatoria. Aflicción. La falta : angustia de la huella. Tristeza. Una lesión intimidante, grávida. Íntimamente sola. El vocabulario de una infancia fracturada. No se corroe ni roe la audacia de atreverme a vivir. Atrevida. La voz extenuada, pretérito del sonido, disfruta sin pretender nada. El deseo rebasa al infinito. Lo aloja en la sensación de la finitud.

 

 -Fuimos como nunca el relato delata. No contabas con eso-. El coro de una escritura como salmo abraza.

Confidencial soledad. Preludio del extremo sin destino dentro de la nada la experiencia ineludible. Lo inevitable del deseo, ¿acaso es lo que nos intenta demostrar siempre y se lo evade con conjeturas y atributos apabullantes ? 

Cohabitar el vacío para ser sin saberlo, luego hipótesis, la prueba anula o pasa invicta. Anticipo. Sentido pésame. Pos data. -Que te empache la gula-.

Esto pesa menos sin el cuerpo. Se pone en la balanza el último aliento para suponer que algo sale. Pésame para olvidar, que venga la condolencia, que le duela hasta la última sacada molar. Dejar de sufrir, ya no más pesar.

 -Mi sentida condolencia. Me adelanto al destino-. No me alcanzas.

Ella vuelve pero no regresa. Lo desmantela -¿Cuánta especulación y petulancia eso de demostrarse intocable ? Lo que se hace con la mano izquierda que no lo deshaga la derecha. El punto de partida está en el axioma mental. ¿Y el control ?

Pasa por los caminos que no tienen ruta. Sabe que los desfiladeros de la historia serán otros. Una brecha posible de franquear. La imaginación un silencio sin ruidos.

Lo que inventamos es un escudo para amortiguar la pasión incompleta. El muro del Altísimo no deja acercarnos. Es un pretexto, soy yo ¿quién ? Anónimo. Seudónimo. Antónimo. Sinónimo. Él. Aquel. ¿Tú ? –In fraganti. Sin anonimato-.

 -Esto último, es otra tramoya de tus otros yo. –Te deshabito-

 -Otráme me decía-. Se regocija en lo que aprendió de aquella. ¿Quién puede tener paciencia un día entero ?-. Martillazos de frases. Su tendencia era agotarme la paciencia con su perdición sensual de comienzo a comienzo. Para ella no había final. Su luz : sombra intermitente, resplandor natural, paseante terrena.

El éxodo, le parece el inicio de los cuentos tristes, pero también la oportunidad de contradecir al Creador y a cada humano. Nadie todo lo puede, ni lo tiene ; así se diga, que la fantasía es la más despiadada con el espíritu santo. Ella : el verbo ejecutando la semilla del génesis. 

Aniquiló la eternidad con su finito. No hay precio para la palabra que no se canjea ni por un real. Desprecia toda sobreactuación. No se deja envolver en las tablas de la ley. Lo humano juega y acecha su oportunismo. Le da asco el sobajeo del adulo. -Te desprecio-, me suprime como escupitajo con su boca de majestad de la muerte. 

Carcajeé como lucifer en el vino y en el fuego, todo ebrio de ansias, la quise agarrar pero se evaporó. Le grité vengativo, me redimo en la negación, te niego.

 

-Más de tres veces, lo sé, no me sorprendes, ni me importa. Es tu comodín. Es tu aproximación y cubierta. Estás  al descubierto hasta el último día de tu respiración-

El goce provoca, la espera estorba. El drenaje del deseo no impide verla. Ella, toda una vida junto al mar. Camina como una metáfora sin testigo. 

Aquí estoy, como un condenado, esperando la sentencia. Imposible olvidarla. Parábola sacrílega en mi garganta. Me latiguea la emoción.

La canción da vuelta como recuerdo varado entre dos. Prolongar el acto para retener el dilema de ser.

Nunca le ha dicho que la ama. Ella tampoco. Es muy vulgar eso de servir a la respuesta y aceptar sin resistencia. 

 Arriesgar. Desengañarse es nada. La vida destapa. Corre el sudor entre calor y frío el hastío.

-Te advertí, no esperes nada de mí- 

Su oráculo : útero y féretro, también fuente de vida y agonía. Sepulcro de ilusiones. Cómo me falta ese sonido de dos palabras : te amo. Tiendo hacia ti, mujer. Soy la antinomia y el absurdo. La excepción me parte. Debilidad de sentir y saber omitir. Amor y odio : el riesgo de la experiencia. 

 -No tengo lástima de ti-. Tu pasión inclemente conmigo. Me dejas sin defensa, sin teorema. Sin nada que cubrirme. Conocí la feliz infelicidad.

La doble cara de lo relevante e irrelevante : -Soy toda y nada-. Se burla de sí misma. -¿ni siquiera eso ?-. Me decía, -No me importa que no me entiendas-

-Mi cima : la ruptura del anhelo-.

Sus caricias torturan el limbo que traza la esperanza derrotada sin su presencia. La ternura no tiene espacio en el ocaso del gerundio. Intima genuina. Asesina de mi fe. Amante impía. Bastarda voracidad me somete.

En el atajo de la rigidez : el vacío inconcebido. Inconcebido.

La obligación es un escudo como los amuletos. El riesgo de vivir te apura. Te tropieza. La utopía y la contra. Los Sentidos rebotan como profecía sin seguidores, como promesa sin ganas de cumplirla. Como caricia desoladora. 

A la hora de la muerte un solo impacto.

No todo está dicho en el encuentro despoblado. No sirve esto de si hubiese sido. La dicha es incompleta o nula cuando la falta te perfora porque no se la reconoce ni se la menciona ni se le da lugar. Ni siquiera importa los hechos.

 -Sustentas a Dios para justificarte-. 

Ella se convierte en luna, se adentra en el río y nada hasta el mar. Agua dulce sal.

Desecho uno. Desecha una. 

La historia no está clara. La bienaventuranza no es. No se acercan. Estuvieron

cerca. ¿Mío ? ¿Mía ? ¿Qué más da ? 

La posesión no es dominio de la carne. La resguarda en la caverna de su inconfesión : inconexión. En un océano perdido se cruzan las huellas, detienen el paso para dibujar el cansancio. La desfiguración de la efigie esconde el llanto.

El sol cae a la misma hora. 

Ellos conjugaron el verbo alguna vez.

La vida no se deja expulsar del cuerpo. En la soledad crece un jardín. La fábula de su presencia calma los remolinos de la ansiedad. 

El instante lucha para no claudicar, para no rendirse. El deseo provoca infernalmente. No hay paz para el eros que nos recuerda, destruye y amanta.

Tanta ausencia acumulada.

 -¿Qué más podemos perder ?- me dijo, toda segura. Impía como ella sola. Celo sus palabras dirigidas a quién. Le sigo la pista.

En una ocasión le respondí, soy un hombre fragmentado en tu espacio femenino : -el gozo indecible-, Solo sé…

 -¿Qué ?- el ideal me destruyó el sueño. Eras tan real que parecías un péndulo entre mis ojos. El martirio sin culpa.

-Aún, aunque reniegues- como siempre, implacable e inconmovible me mordió con pausa y soberanía con su expresión de infinito, de enigma.

Expiación. Continúa el avatar de la angustia.

 Se oye, la aflicción y el repudio. La coartada justificada.

 -Tuve miedo de detenerme, si lo hacía no tenía salvación, qué importa, lo hubiera dado todo, ya es tarde-. No se cree tal. Se abochorna ante el espejo que lo denuncia : Farsante.

 -Nunca arriesgaste nada. El amor es tirano. A eso no estoy dispuesta nunca.-

En la lujuria del edén no hay inocencia.

Él se enreda en la tramoya del miedo. Su corazón late tan aprisa que parece condenado en pena irremediable.

 -Hombre de poca convicción, no le pongas espinas a lo vivido que no se te va a ir. Aún dejas abierta la puerta del silencio para entrar a la complicidad del eclipse-.

La arrogancia de la luna fue pisada. Y, el que violó el espacio y los misterios siente que se ha despojado del dominio creía tener. Faltó a la promesa. Se intuye un vulgar sin reverencia. Sus secuaces y seguidores ni siquiera logran saber del cerebro humano su real función y ya quieren centellear con la vanidad efímera.

Bebe del cáliz para turbarse de olvidos. Falso. Para abrir la represión.

 -Yo parezco una copa de luna en tus manos llevándola a tu boca-. Recuerdas.

Su danza de tierra, sin pleitos con la muerte me tortura, me seduce, me encierra en el secreto que me hiere, me azotan los sueños. Estás en todas partes perfidia de mi deseo. Ven de una vez. Los dos somos demonios sin rendición.

 -¿A qué viene tanto dejo, culpa solapada e incitación ?-

Me enseñó todo y nada. Odié ser su discípulo. No puedo matarla en mi memoria. Es la profanación cómplice de mi vida. Mi retentiva. Mi tentativa. Mi hálito. Mi sosiego. El sudario de mi miedo.

Se derrumba la sensación como “polvo enamorado”.

 -En el claustro del ego, la seducción retorciéndote. Te duele la humanidad que te doblega hasta el espanto. El narcisismo puede convertirse en espeluznante-

 -Sus palabras derrumban mis creencias, me deja sin convicciones. La escucho, retumba en mí, - El todopoderoso no habla por nosotros. No pudiste distanciarte del calvario de tus ambiciones, te gustan rindan pleitesía. Eso no va conmigo-. 

No olvido cuando burlándose de mí, rechazaba todo principio. Se sentía su propia obra, me dijo con una voz de centella :

 -“Soy el fin de mi creación”. Muero por una causa propia, si es que hay tal-.

Describo la belleza del paisaje : Ella : la desnudez del mundo, mi otra vida. La originalidad inacabada.

 -Lo dejé plantado, no le di ninguna explicación. Dispongo de mi vida : 

“Yo la cumbre de la soledad, reina de mi fondo, mixtifico mi aislamiento. Lo protejo en homenaje al embrión que fui”.

Fui su palabra perfecta e imperfecta. Inatrapable. Acompañé sus ideas en el mundo del sinahí : su avatar de amante. Mi venganza tortura y lo que yo sé, qué. No lo puede suprimir, ni ubicarlo como delito. Del amor nadie se salva.

Su reino está acabado.

 -¿Recuerdas la prisa de tus fugas ?, delirabas con tus escapadas hasta desajustarte y dejarte caer como una frustración extraviada en el grial del escondite-

Eligió el talismán del poder como un medio para asegurarse el púlpito del endiosamiento. Su posición de todopoderoso hizo del ordinario un pordiosero pidiendo limosnas en las puertas del interdicto. Te escondiste en la cruz. Quieres ser vanagloriado como un emperador sin remordimiento-.

Gozo ateo de la naturaleza. No necesitas de nadie para existir. Ella el mismo misterio. Aparición plena. Mi Obsesión. Mi adicción eterna. Mujer maldita y bendita todas las veces.

A la diestra lo siniestro. ¿Cómo te llamo ? ¿Cómo nombrarte ? ¿Cómo desvestirte otra vez ? ¿Cómo hacerte aparecer real ? Que no seas una aparición evanescente y figurada. Ausencia te nombro en mi permanencia sin delicia. Eres mi oximoron. Mi apóstrofe. Mi cataclismo. Más no mi salvación. Ocupas el puesto de mi conciencia. Oda inmune al dolor. Mi palabra está apresada en toda tú.

 -Esclavo ambicioso, te sientes rendido, en el fondo, no renuncias a nada. Eres un vasallo de la corona de espinas. Te sientes libre de expiación. Sin embargo ordenas y oficias, sermones y endiosamientos.-

Fui criada sin ápice de servilismo. Tampoco la vida me fue fácil. Lo que sí tengo claro, es que, no soy tímida al poder. No me someto al sentimiento ni al sufrimiento temerario. Contra mí si estás. Estoy en mi contra si atento. Es tu asunto tu contradecir-. No me atentas. -Te contradigo sin duda : repienso. Te cuento. 

Contra indicación no es contradicción ni contrarios. Apuestas lo opuesto. Cuidas tu puesto de esbirro. No escuchaste mi voz sin dogma ; apenas soy, una palabra en mi nombre encantado. Eso me es suficiente. Seas tú, no mío. Adorada existencia, te libero del temor de desobedecer : No eres inocente, ni yo. La posesión aburre.

“-Somos atentados de amor que nos concierne”. Nulo. Anular. Anulación. Abominable. ¿La raza tiene alma ? Qué difícil escoger entre lo mortal e inmortal. Descarnarse de credos. Distancia, repulsión, reflexión, sin flexión. Me tiene sin cuidado la perpetuidad. No olvides, todos tenemos algo de criminal. La pureza se baña en la sangre para redimir al instinto. ¿En esto cómo encaja la guerra y la crueldad del día a día en la dominación por la manada humana ? ¿Cómo significar este espanto ? Mortal verdad, esto de divinizarte al precio que sea-.

No se puede liberar de la pasión que lo dejó sin certezas. Se convirtió en reo de la libertad, lo demarca con su lucidez sin rodeo. Con su verdad sin escrúpulos.

 La nitidez de sus pensamientos no permiten andar en dos bandos.

Me dijo –yo soy tu tierra prometida, no la quemes con tu jactancia-. De que me sirve toda esta conquista, si el precio es estar íngrimamente solo como un muerto en la cruz hasta la eternidad. Estancado en la avaricia.

 -“Acariciadora antagónica del espacio, tú eres el vértigo del caos, jamás podrá ser ángel ni derribar la torre de babel ni volver a las escrituras”-

Ayer todavía. ¿Fuiste ?

 -Él no puede acercárseme, se le nota la furia y la apetencia en toda su soberbia-.

Todos los mares llegan a ella. Yo una resaca del daño, una estampida del placer inédito. Domesticado por el titubeo del apego. Domeñado por la sierva divina.

Están solos como el universo y el desencanto de la vida al saberse nada. El pasado rebota, flota en la idea. Ella me enseñó a sentir, luego a saber, luego a pensarla, luego al fin mi gravedad y límite.

¿Sirve para algo todo eso ? No te necesito. -Ni tú a mí-. ¿Denegación ? Eso es. Eso no es. No cabe la sensatez cuando se ataca la perfección. Es inflexible este asunto aparentemente incuestionable. 
- No eres ningún “divino gobierno”. Te hizo daño imaginarte incólume-.

Como eco en sus cavilaciones rebotan sus palabras -¿Sabes como me llamo ? ¿Sabes quién soy ? ¿Sabes ? ¿Qué no sabes ? ¿Sabes qué ?-

Jugaba con el sonido, deletreaba mis miedos, me hacía escribir en su piel mi melancolía. La soñaba hasta hartarme. No. No es cierto, tengo hambre y sed.

¿Dónde estoy ? ¿Dónde estás ?

El desierto tiene flores, la soledad también, a veces no las vemos. La paz nos reconcilia, nos hostiga, nos provoca. 

 -No me des la paz sin nada que decir, sin nada que agregar-. 

Quién dijo esto, “si la soledad tuviera boca la besaría cuando provoca”, ¿acaso tú ? ya no sé. 

 -Yo soy una falla dialéctica. La ausente de mi ausencia presente. La bacante del gerundio. Aunque escogiste otro camino para no tropezarte conmigo, mi ausentismo es un dolor sin remedio. Sin cura. Ni dios puede borrar la imagen que portas. Acaso, solo la muerte nos hará morir juntos o separados, eso es insignificante. La huella es diferente en cada uno.

El mismo recuerdo no es, aunque repudies los hechos, y te veas y me mires con ojos ordinarios, eres solo uno más, y uno menos, tal vez uno. En la vida nada está dicho, peor en los sentimientos. Extraño castigo la verdad no habla-.

Insomnio de oasis la cordura. No se deja devastar por el horror eminentemente humano. 

 -Soy agua concebida de la fuente del origen.- 

Franqueza, me quiebras, me quema tu coraza de espejos. La ausencia del otro no es distancia, es un abismo, un límite. Tan cerca de ti estoy y tan lejos, como olvido que no llega. Amor me has detenido contra mí, hacia ti, como el tornado que no tiene vencimiento. 

 -Algo es algo. ¿Qué esperabas ?-

Aquí estoy, abrumado y perplejo en el vacío de la melancolía. Tu presencia que ansío, haciéndome pedazos. Tu desaparición me hace verte nítida, me estoy desasiendo en el silencio. Estás como Dios que no se deja tocar. ¿Adónde ir ? 

Te dije, -jamás espero-

La ópera que escucho atrapa tu luz y oscuridad. 

Bésame otra vez. Este encierro me avienta a los muros del silencio que no es tal. Tú corres entre la bruma de mi hastío, de mi orgullo hecho guiñapo, de mi elección, que me tiene en este puesto casi petrificado. 

Solo tú me haces saber de la vida. Solo tú eres capaz de acampar en el desierto sin temor a ser exterminada. 

Sólo tu avanzas aparentando ignorar la perversa guerra que se interpone entre nosotros, como que quisieras ser el señuelo para que otro no muera. No temes a la furia, no te dejas embaucar.

 -¿Eso lo no es nada nuevo ?-

Toda intratable la bestia humana gruñe ante el espejo. Quién existe en la mirada que se relame en la concupiscencia. En ese momento el entendimiento no le sirve, así se lo pongan en bandeja de plata, lo confunde con banquete y lo hace un festín sin diálogos.

A veces quisiera que fueras un chasquido de pesadilla, pero no, eres la llama que consume la mía. Le puse bozal a la luz para no enceguecer con tu resplandor. 

 -No cuento los días-.

En algún instante, que el servilismo de la comunicación sirva para comprender algo de lo que me desayuno. Servicio luego Saber. Sabor. Digerir. Digestión. Sirva al convidado. Sirvo pero no te sirvo. De servido a servidor a servido. Despido. Retrete. Excusa. Excuso. Excusado. Acusado. ¿Quién baja la válvula ?

El tiempo asusta a quien teme el final del relato. 

La enfermedad : querer ser eterno sin pasar por lo mortal. La salud : gracias, eructo. ¿Si no hay humano hay Dios ? Aún me conmuevo.

Los enamorados se engañan en una eternidad robada a la carencia. 

Me dijiste, -yo soy la célula del vacío-, me dejaste mudo con mis parábolas que citaba para demostrarte dominio de sabiduría. Seguiste como oráculo, siempre dueña de ti, afirmabas, -soy lo que no eres, jamás cedo para llenar la ilusión-. 

 -La poesía me escogió y tú te condenaste con mi palabra. Vives en vía crucis. Haces de mi metáfora tu parábola. No tienes salvación ni salida. ¿Ahora dirás que por mi culpa y mi grandísima culpa ? Sé que no te delatarás. Eso tu alegría y suplicio. De una vez por todas, te absuelvo de mí. Otra cosa es que tú lo quieras. En el fondo del fondo. Nada. Solamente : solos. Atados. Desátame.-.

La civilización está infectada de seudos impuestos y supuestas igualdades. La voluntad del otro es tu descarga. Confiesa. Confieso. No me dices nada. Tú tampoco.

 -Evito ser la carga de una compañía-.

Me encanta descubrirla en el tumulto, es como un milagro y un presagio. Huyo a la realización del deseo, me desprendo de ese instante.

Desencuentro con el encuentro. Me flagelo tus instantes conmigo, me siento víctima feliz. No se notan las marcas.

 -¿Nunca viste las mías ? Solo las tuyas. Qué más da-.

Ella se sabe invicta. Mi mayor miedo mi mayor gozo.

 -Sólo quieres ser uno de tantos, creyéndote único, te apoltronas entre la multitud, todo escondido juzgando a los demás. Gran cosa. Te aclaro. Ser uno es menos que uno : una vida dentro de uno que dice yo soy y que no es. Por último, tu verdad : es nada, es una patraña de excusas.

Inexacta belleza que extermina mi idea. 

Su palabra gloria dentro de mí. Su silencio, demonio que choca con la virtud. No olvido su nítida desnudez, sus labios inconfesos rozó mis hábitos, me dejo sin rutina, me reconoció mortal. Me dejó sin dogma.

No tuvo remilgos para adentrarse sin bienaventuranza ni vergüenza al deseo sin omisión. Duele el amor en todo el vacío.

La marcha de uno es la soledad dentro de la muchedumbre. Menos uno de la masa más uno conmigo. Una mía sin mí. Mía sin mí. La aglomeración me aturde. Contigo una voz, un cuerpo, una palabra, una vida única. Sin ti, soy poco menos que un yo solitario. Escogí la gloria y la gracia de un profesar. No te adivino. Soy tu ignorante. 

Mi desgracia : la tentación mundana, soy cualquiera, mi negación ambigua. Mi doble discurso, uno para ella otro para mí y el mundo. Mi placer : amarla sobre todo. Soy un mentiroso, me escogí a mí mismo. Estiércol del poder me siento y me sé. Huelo a putrefacción.

Me arrinconé en el tiempo y en esa creencia de salvarme. Me insufle de poderes celestiales para esconder el rubor al solo imaginarla. Mirarla me lastíma. Me camuflo de mí mismo. Jamás he podido desaparecerla dentro de mí. 

Me tiene acorralado. Ni siquiera puedo ser prófugo de la existencia. Sin ella soy

naufrago en mi propio abandono. Basta que asome como si nada, que me derrumbo ante su bella metamorfosis. Me asesina con su modo de ser. Estoy doblegado. Me conoce. Me domina hasta en la ausencia. ¿Le importa mi renuncia ?

La gracia mortal frente a la gracia divina. “Escucha hermano la canción de la alegría”… La desgracia del ser y del ideal. La desilusión : te quiero pero no te requiero para mí. No necesito probarte nada. Exagero. No soy poderoso. ¿Renuncio al goce de víctima ? ¿Salgo del lugar mundano ? Soy “un sátiro con temor a dios”, ya lo dijo alguien desde su punto de vista.

La zozobra en el amor lleva a la muerte. La predicción incondicional : lo que tú quieras, es un axioma falso. Totalmente quebrantable.

“Lo incondicional : es un torbellino y seguirá siéndolo” como la seducción.

 -Yo no quiero tus condiciones, me opongo, jamás, la tiranía del amor propio. Jamás, te amaré a imagen y semejanza de tu voluntad. Así no sea-.

Como diosa me enterraba en sus palabras, martillea su voz, -nadie sacrifica nada. La amenaza y el fin del hombre la ejecuta él mismo con su impaciencia y ansiedad de hereje asido en el cuerpo de la inquisición. Todo su goce y sufrimiento promiscuo-. 

 -Nunca descansarás en paz-, me dijo con su tono irreverente, -aún en la hora de tu Apocalipsis estaré-. Con rabia le dije, no me importa con tal que estés. 

Sonrió como siempre, me estampó su mirada sublime, cálida y sin regreso.

Tu dolor no te hace diferente a los demás. No soy incondicional. La salvación implica morir, acusarme, culparme, dejar de desear la vida. Amar hasta el dolor, temer, liberarse del castigo culpable, obedecer. Ser tu prójimo. Desprenderme de esta masa inmunda que me tumba. Ser tuyo…

Resucitar sin ninguna imagen que evoque tu existencia. Vagabunda vida que no deja de ser bella en esto de alojarla sin recompensa. Me queda la duda pegada al silencio, ¿amó a otro hombre como a mí ? Ordinario me siento en comparaciones sin competencias. 

Ella frente al espejo de los fantasmas, subraya : -Los dos somos un sentimiento sin desalojo -

La siento única como mi vida. ¿Le importo algo aún ? Yo no sé, pero está allí. Acá lo que fui. Allá ninguno. 

Ya no quiero dar vuelta en eso.

Que concluya de una vez por todas, este guión que parece que otro me cuenta. Parezco otro que ya no soy. Me cuesta, no quiera a este que soy, a pesar de mí. Solo yo sé esto. Soy una autoridad refutable. Se desborona mi palabra, ella sabe que ese que no soy el que dice y que es a la vez el  que cuenta. El contador está poseído por las llamas de una identidad deseable.

Se burla de toda posesión, no va con su estilo. Estoy perdido en su mirada que llevo grabada en mi mente. Estoy desamparado sin su atea compañía.

 -“En el olimpo de la infancia una pureza perversa : mi imagen femenina y mi lealtad a ella”-.

Este que cargo no existe. Esa que es ella no es mía. Poseído sin poseer.

Se escucha una voz de trueno que se acerca, furibunda y desalmada, interviene drásticamente, -basta de tanto drama sin personajes con nombre propio-. 

Ordena : -corte de escena-

La luz baja de un solo tajo su intensidad. 

Las sombras se rozan.

Eso es todo.

 

 

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