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Article publié le 14 avril 2009. oOo
Carmen Váscones
LA MUERTE, UN ENSAYO DE AMORES
1 He venido del mar y no de la boca de los hombres que engendraron mis hijos con la brutalidad de sus gestos.
Han enterrado mi presencia no sé quién soy
Regreso a la ternura de la ola.
2 Quien ha visto llanto al mar cuando sueña el naufragio
Quién ha visto sollozar al mar tras la roca
Quien ha visto lágrimas al mar para dar de beber al navegante
Quién ha visto llover al mar junto al ahogo del amante
Quién ha visto salibar al mar la piel de sus dios
Quién ha visto sudorar al mar la posesión de su cantor
Quién ha visto traicionar al mar ante la mirada de otro espejo
Quién ha oído al mar La perpetua orgía de su voz.
3 Refugiado el crepúsculo en los rezagos de la duda los garabatos del sueño se apropian de la forma
La autora recoge el telón
A un lado la foto del mar donde la gaviota ignora su espectáculo
Imagino su muerte
Golpea la necedad en el vaivén de su fin agarro su vuelo su aliento sus ojos mortales sólo un grito queda lentamente cae sus alas envolviéndome mi tempestad no acaba un punto descendió más allá de toda espera el último movimiento se desprende de su cuerpo siento reventar la ola en mi vientre
El candil consumió la luz el mar no devuelve la vida
Siglos de pasión advienen al hombre
Goza ilusiones de posesión encadenado al regreso temporal el dolor y la ternura por el resto de sus días
Perezco en el dibujo me dejo llevar por el principio
Debuto en la madriguera de la ficción única espectadora.
4 La esfinge seguía la huella del errante concibió un enigma trazó un rasguño en su paladar rodeó con gritos el desierto gestó su lengua para un ausente extraño displacer conmovió su origen empezó a oír el eco del manantial ajena a su nombre se pregunta quién es derriba la indiferencia por primera vez a su mirar le acompañó el sollozo el espejo nunca quiso ser su confidente el viento llevó su voz hacia el destierro la apropiación del ser anuncia la evidencia la aparición del acto despeja el camino
Vieron sé en el balbucear naciente aliento sonoro del gesto hecho acento en el descenso a lo perverso reconoció al hombre
Huyó a sus brazos mordió el placer la rodea con su ternura
El nocturno se agolpa entre piel y piel la tormenta fue su música excavan el encanto sus cuerpos un éxodo
Entre ambos la intimidad mortal.
5 Detenida en el borde del mal significo la ternura contienda mortal de lo divino la atracción se lanza a conjeturas envuelto lo intemporal al vestigio fiel a lo diferente atrapo eternidades insinuadas dejo los indicios entre palabras todo es recorrido del tiempo atrapado en la memoria
La certeza y el veredicto los cumplo en mi cuerpo
Asisto a los actos del sueño primicia de mi deseo el teatro en mi ser obra su prisa repito la escena
La muerte un ensayo de amores.
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