Un herrador, que hierra a las bestias, caminaba con su hijo a la feria de ganado de Medina del Campo, en Valladolid, cuando, depronto, se paró al ver en el suelo un callo de herradura muy gastado y batido por el uso, diciéndole al hijo :

- Mira, hijo, coge ese callo de herradura, que es señal de suerte, además de que de madre ya está con dolores de parto.
El hijo no le hizo caso, respondiéndole :

- ¡Bah¡ no merece la pena agacharse para coger ese callo de herradura de caballo.
Sin embargo, elpadre le cogió, guardándoosle en elbolsillo de la chaqueta marrón de pana.
Entrando en Medica del Campo, el padre se metió enuna chatarrería, vendiendo el callo de herradura con el que sacó unas pesetillas ; hoy eurillos.
De vuelta a casa, ya visto el ganado, compró unas cerezas, diciéndole al hijo :

- Espera, hijo, unos minutillos, que voy a comprar unas cerezas para llevárselas a madre para cenar.
El caminode vuelta era insoportable por el cansancio y sequedad. El padre iba delante ; su hijo, detrás. El padre viendo que el hijo iba rezagado, seco yhambriento, iba arrojando una cereza de vez en cuando, advirtiendo cómo el hijo se agachaba y se agachaba para coger la cereza y devorarla.
Han andado siete leguas o más, y han entrado en Valladolid, ciudad. Antes de subir a casa, el padre le ha dicho al hijo :

- Eres tonto del culo. El más tonto de los tontos. Un zoquete. No has querido agacharte una vez a coger el callo de herradura y, sin embargo, te has agachado tropecientas veces a cogeruna cereza. Aprende que la suerte se aparece sólo una vez.
Al abrir la puerta de casa, elpadre exclamó :

- Carmela, ya estamos aquí.
Una vecina que les oyó, salió a lapuerta, diciéndoles :

- Carmela no está aquí. Ya ha parido. Está en el Hospital.