Desde pequeño, encasa, cuando escuchaba a mi padre tomando unos carajillos con los amigotes, o de jovencito, en el Seminario, cuando el padre superior y sus sacerdotes de enseñanza y de confesionario se ponían pipos en la mesa del refectorio, con cordero opavo, mientras a nosotros nos daban una sopa de ajo, con un ajo sólo en el caldo, y huevos duros a la besamel, y les oíamos decir a todos “que más vale un pelo del Coño de una mujer que todo elpoder divino”, no lo comprendí hasta que llegué a ser mayor y alterné, ya en la calle, en bares y casinos, en tugurios y casas de cita, donde vi y comprendí que todos los tíosmachetes, machotes, no son más que zamarros, incluidos los curas camino del cardenalato. Los tíos machotes que conocí, los hombrones, los tíos altos y de postín, los chulo putas, los césares, los dictadores, los arzobispos, los criminales y asesinos, los directivos y jefes de personal, en una palabra, los mandamases todos que en elmundo hay y han habido, que sólo saben hacer lumbre de huesos y calaveras de mujeres u hombres que han violado o asesinado, humillado o reprimido, a quienes su hombría les lleva por los montes, si un día puedes entrar en su vidas y asistircon ellos a una grandísima cena de perdices y conejos o, simplemente, de gallinas halagüeñas, verás que la esposa, amante o compañera que todos estos tienen es siempre una mujer chocha y vieja, un cardo borriquero o pedo de loba, que les domina con su personalidad de enana, y con muy malos ovarios.

Estos tíos, todos ellos, al fin y al cabo, “chulos de putas”, que beben elvino de sus vidas en el Chumino de ellas, y que a los demás, a nosotros mismos, nos consideran unos calzonazos, meapilas, mamones de tigre o mamporreros, estos tíos digo, lo único que saben hacer es que cuando van a un ágape oficial o fiesta patronal, siempre van sin su mujeres y, al salir de casa, a su mujer le dicen que cierre lapuerta, astutos comoson, para que nadie vea a quién tienen por esposa, amante o compañera.

Todos estos zamarros se las dan de machotes diciendo : “que ellos ensartan mujeres de cuatro en cuatro, que se las llevan a todas de calle tan sólo por su porte y dote, y sólo con rodear sus cabezas. Que ellos son la carnal o económica fiera que los pueblos ven,temen y adoran. Que todas las hembras quieren ser apriapadas, folladas, por ellos, aun sin quererlo ; y que todos temblamos con los berridos que dan por cuadras, calles, ciudades, pueblos y aldeas. Que todos echamos un canto en su honda mala o buena, pues elbrío y brillo que llevan arriba a nuestras monteras” ; cuando no son más que pellejos de lobo, o de zorra, estos zamarros, que aunque se vistan con hilo, paño y de fino, tienen su hombría y machismo perdidos en un enano Chumino, cual potrillo en su madre yegua, por mucho que relinchen o rebuznen, y tengan más dinero que otros en esta Tierra.