|
Navigation | ||
[E-mail]
Article publié le 24 avril 2022. oOo La guerra es eso, mutilaciones, muerte, destrucción y miedo. Aunque para algunos sea un negocio y para otros también pero sumando hegemonía política que redundará en negocio. Aunque siempre lejos los especialistas conferencien y emocionen a los auditorios o los repetidores de la versión "oficial" completen el marketing o expliquen lo inexplicable. De Irak o Afganistán a Yemen, pasando por Palestina y Siria, nada es diverso de Ucrania. La muerte. Y en Ucrania la muerte no viene de dos meses atrás, viene de más de 8 años. Pero solo ahora llega con potencia y crudeza a las pantallas de los televisores y alimenta las redes sociales con el pasto de la imbecilidad. Europa ( y también el mundo) juega peligrosamente con un monstruo que puede terminar tragándosela de un bocado. Y ese monstruo está movido por hilos que no conducen sinó a los escritorios que trabajan febrilmente por la definitiva instauración de un mundo unipolar. Europa se ha olvidado de los estragos del nazismo y el fascismo. Las sectas liberticidas crecen por doquier ante la complicidad de los disciplinadores de mercados y los vendedores de armas. Hace que recuerda los años negros pero en sus calles desfilan las camisas pardas. Tarde o temprano debía comenzar otra tragedia. Y no es solo este horror cotidiano hoy y aquí. Es todo lo que puede sobrevenir luego de tanta violencia. O sea, más violencia. La indiferencia apenas es una muestra de esta violencia imperante en el planeta. En las hipersensibles mesas de situación y estrategia ninguna potencia aceptará el establecimiento de bases misilísticas en las narices. Rusia lo advirtió por años. Estados Unidos tal vez no tendría tanta paciencia, la "crisis de los misiles" en Cuba es un ejemplo válido. El pueblo ucraniano carga con todo el espanto de haberse encontrado en el papel de callejón sin salida para un ajuste de cuentas entre grandotes. Y mientras blanden sus garrotes, los idiotas políticamente correctos del mundo "moderno" hacen las tareas para darle marco a la gresca : prohiben Dostoievski, Tolstoi, Tchaicovsky,.. El guerrerismo no es el camino del entendimiento de los pueblos. Esto deberían entenderlo no solo los gobiernos sino también la gente, los de a pie, los todos que son aquellos que hasta sin entender la trama compleja de intereses geopolíticos de las superpotencias, discuten esta nueva desgracia como si estuvieron en una cancha de fútbol. |
Revue d'Art et de Littérature, Musique - Espaces d'auteurs | [Contact e-mail] |