El principio de la convivencia pacífica en la sociedad comienza con asumir los roles que a cada quien corresponde en el ámbito de su competencia.
De hecho, el error mayúsculo que tuvo el emperador Constantino fue oficializar una religión de estado, porque muchos de los que residían dentro de su imperio, sin ser cristianos realmente, abrazaron la doctrina para ser parte de un sistema, no por convicción realmente, y esto trajo como consecuencia muchos de los errores posteriores.
En el caso de Jesucristo, al ser cuestionado sobre si debía pagarse el tributo o impuesto al emperador romano, su respuesta fue categórica : Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Ambas posiciones son válidas.
Los enemigos de Jesús, los fariseos, pretendían hacerlo caer en una trampa, porque, si él negaba al poder romano, se opondría al gobierno y podría ser arrestado por sedición, y si negaba la obediencia a Dios, renegaría de su fe.
En México, la iglesia evangélica presbiteriana ha abogado siempre por esta clara separación entre la iglesia y el estado, porque cada parte tiene un papel, un rol que cumplir. Si bien es cierto que todos los presbiterianos, formamos parte de una comunidad de fe de más de millón y medio de personas a lo largo y ancho de todo el país, todos estamos sujetos al poder terrenal, porque las Escrituras nos instan en el Libro de Romanos a respetar a las autoridades, porque han sido establecidas por Dios.
Abogamos por la libertad de pensamiento, de discusión, y favorecemos a la cultura porque permite al hombre iluminar su mente con los ojos del entendimiento, y de hecho, el pueblo presbiteriano está a favor de la lectura. Aparte de la lectura de las Escrituras que es parte de la misma formación del creyente, tenemos libros que apoyan áreas como la consejería y la psicología con base en la orientación moral de la Biblia, y trabajamos con grupos de jóvenes para ayudarles a cumplir su rol en la familia siendo buenos trabajadores, buenos estudiantes y gente culta que conozca su entorno, y a la vez, con apoyo de adultos organizamos obras sociales como el llevar alimentos a los necesitados, por ejemplo, a las personas que están esperando noticias de sus familiares enfermos en el hospital general, con el ministerio de amor y misericordia que, gracias a donaciones de los miembros de la iglesia, podemos llevar tortas y aguas frescas para ayudar a estas personas.
El laicismo debe ser una característica de la sociedad mexicana, porque el gobierno sirve para regular la vida social y legal del individuo, mientras la iglesia es un apoyo espiritual y emocional en medio de los conflictos y las situaciones que perduran en nuestro país.
Cada quien cumple su rol, y debe continuar así.
Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.