- Cuidado, compadre, que se acerca la parienta.
Esto me dijeron mis dos amigos con los que estaba tomando unos vinos en el bar del Mercado Norte, en Burgos, hablándoles de mi pena y de la pena de mi pene, pues cuando hago Sexo con ella, me corro hacia dentro, ya que estoy operado de próstata, y ella me echa a patadas de la cama porque yo me corro por dentro como un Asno, y ella sabe que no le va a venir el orgasmo ; tan sólo, ascos.
Yo quiero hacer con ella cochinadas, porquerías, y le digo que la tengo gorda y muy grande ; que ella, cual galga, venga a cazar a su liebre ; o que, cual vaca, se deje coger por su buey ; dándome una cachetada, diciéndome :
- Has llegado tarde, majete ; has perdido la batalla. Acabo de un rato, separados.
- Así que, mis amigos, antes de que me lleve a la separación ; y porque, sin ella, soy un don Nadie, un espantajo ; tengo que deciros que le he prometido convertirme al feminismo, quedando a servirle a ella, que tiene absoluta y entera jurisdicción sobre este su vasallo ; pero, sin poderle tocar ni un solo pelo, ni ese de su teta derecha que me trajo de Madrid a Burgos por Amor arrastrado.