Me he acercado a un campo de fútbol media hora antes del comienzo del partido. Me encuentro con la bronca de unos Jumentos contra otros Jumentos. Me dicen que son los hinchas de uno y otro equipo. En la tal bronca, cuando se ha venido a por ellos la fuerza del orden, sus horrendos Rebuznos han arreciado ; y ya llegaban hasta el cielo, y al campo todo aturdían. Los porrazos del orden han sido deórdago la grande. Allí era el Rebuznar, el correr. Allí era el verles correr de uno a otro lado, sin orden ni concierto,desgañitándose en improperios y bien recio. Cerraron las puertas del campo y yo pude entrar. Aquí, ¡quédevoción mostraban los aficionados al balón¡ mientras los jugadores con mucho placer le daban patadas hasta al contrario. Después de un primer gol, salí del campo. Tal era el contento que los unos exhalaban, que su Rebuzno de ¡Goool¡, más de tres veces repetido, de seguro traspasó mis oídos, llegando hasta el Pirineo.