(Gerineldo Fuencisla me regaló este romance con el que el Rector del Seminario de Segovia le obsequió en 1961 "por los favores recibidos")
El Cid moro se la menea
A dos concúbitas manos
En la orillita de la mar
Mientras Babieca rebebe
Él se pone a trascagar
Y el rey que ve su pandero
Desde la Valencia real
- Mira, dice, qué buen pedo
El muy cabrón nos va a dar
¡Me cagüen la mar salá¡
— No es el Cid moro, mi Señor
El de tan dulce silabear
Que son los condes de Carrión
Baboseando chochetes
De esas dos hijas del Cid
A las que se quieren follar
- Si son de Carrión los condes
Yo les haré aquí matar
Que para asesinarles
No me hace falta sangre real
Que si mato a los de Carrión
A mí la fama me darán.
Ha marchado a su guarida
A Linda Raja va a buscar
A eso de media noche
Se pone el gallo a cantar
Y en entrepierna sedal
¡Oh, erecto milagrito¡
Florece capullo real
Bordando la reina mora
Este ayuntamiento carnal
Mientras el Cid va cantando :
- Una meto, doña Clara
Otra meto, doña Inés
Abre los ojos mi vida
Que esta te la vas a comer
De gran gusto artístico
Como muy bien lo vas a ver.