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Article publié le 13 décembre 2014. oOo Sobre una mesa redonda en el bar musical “El Baúl de la Piquer”, están echando un pulso Príapo y Apiano, a cual más. Emilio, Sileno y Persio están hablando sobre las gracias y desgracias de estas fiestas mal llamadas navideñas, pues para los tres no son más que fiestas de “bebercio y comercio”, como las llama Persio, y que “su bien le fundan en engañar y alucinar a los niños”, como dice Sileno. “Martingalas, todas ilusorias, para asegurar la ganancia y embaucar a majaderos”, como dice Emilio. También, está con ellos un seminaristilla, venido de Aranda de Duero, en Burgos. Príapo quedó abochornado y vencido por Sileno, y ninguno de los dos dijeron a qué fue o vino la apuesta. Al hilo de la conversación principiada por Persio, Príapo dice : -Yo no hablo de las nuestras : solo trato de antiguas putas que en sus casas tuve la suerte de saber a qué saben estos cuerpos, que no saben a nada. -Qué bribón !, gritó Emilio. Prosiguiendo Príapo : -En la Navidad el poro uterino de las hembras se abre a los huevos de pascua que contienen un embrión hexacanto y expulsan, por el champán bebido, parásitos, especie de reptiles que miran a través de aperturas marginales, como los empleados cuando miran a través de los cristales rotos por los manifestantes en su banco. Formas larvales descubiertas con escándalo, abroncando al hospedado que normalmente se acochina, pues estos llevan escolex en sus labios, cual parásitos de peces con alas, o mamíferos como el hombre, viniendo a cantar la navidad dorso ventralmente. -Muy bien dicho, responde Sileno. Y sigue : Estos días de fiesta, toda la corte celestial con sus tres falsos reyes moros, los pastores, la pastorcilla recién preñada por un don nadie, el seminaristilla, que a la vista tengo, recién sobado en sus pelotas por el cura de turno, y el “caganer” vendrán a nuestro nacimiento como asaltadores a su víctima, por la espalda, echándonos el brazo izquierdo al cuello, y la mano derecha cogiendo nuestra mano, apretándola y diciendo : -Qué tal, majete ? Dios te salve de ser apriapado sin quererlo. -¿Sabéis que al seminaristilla le intentaron llevar al lance expreso ?, pregunta Persio. Y sigue : -Allá en tiempos de antaño, en un seminario, un “pater” atrípedo, que tiene negros los pies, atrirrostro, que tiene negro el pico, atrogulario, que tiene la garganta negra, con rostelo retráctil y dedos cual garfios, intentó hacerle tragar formas larvadas de moscas cojoneras. Su huevo caído y largo, que lo diga él si no es verdad, tenía un par de huevos con exaltación a modo de cuerno y, oribatido, le hacía cantar un “gloria” con los pantalones caídos. -Los sacerdotes de ayer, hipócritas, obscenos, embusteros, son los políticos de hoy, ladrones y fulleros, dijo Sileno. Y sigue : -En una alpargata ponen un nacimiento. Machos y hembras se aparean. Algunas salen a buscar la bolsa copuladora que dejaron en sus pueblos. Los de la Fasciola, cercarios enquistados en curas artrópodos, aletean, se aperciben y buscan esa colección o juego de ganzúas con las que abrir las puertas del cielo o la camándula de la fullería, utilizando una estrella como en el juego del “Maco”. Se hace un silencio y, en este instante, entran Secermentea, dueña de un piso de citas, de la Dominicana, “que tiene tres labios vaginales”, como dice Emilio ; y Necator, jugador de dardos y parásito chupatintas, que tiene la gloria, como él mismo dice, “de tener dos hijos : un macho, con larga cola puntiaguda ; y una hembra, con una vagina con dos meatos”, y que se asombra de haber tenido dos hijos, teniendo él como tiene una sencilla y ausente espícula, y su mujer un sencillo útero y ovario. También, ha entrado, después, Braculculo, un borrachín de tres al cuarto, a quien se le ha encogido el nervio maestro de la mano derecha, que se acerca a la barra, pide un micrófono , le coge con la mano izquierda y se pone a cantar una “Truchorroidea”, como el dice, y canta : Trucha y Trucho Por atún y a ver Trichuris,Trichinela Andando por trochas o sendas Oh, fiesta, en luces de colores No despertéis al gato que duerme Ni a la abuela geriátrica Pues hace un frío muy cabrón Que nos ha nacido un niño En las almadrabas de Sanlúcar Y de Medina Sidonia Donde el ladrón de camellos Ha perdido su aguijón Que por eso, morirán los pollos Antes de salir del cascarón A consecuencia del ruido De la mariposa de cabeza De año muerto Amén Jesús. |
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